España (y la Unión Europea), a través de sus compromisos indicativos o contribuciones nacionales (INDCs, por sus siglas en inglés Intended Nationally Determined Contributions), no especifica aun sobre las políticas climáticas de cómo o si incluir los sectores que engloban los Usos de la Tierra, Cambio de Uso de la Tierra y Silvicultura (UTCUTS) y Agricultura (conocidos también como AFOLU por sus siglas en inglés) dentro del marco de reducción de emisiones de GEI de 2030 del 40%.
No obstante, establece el plazo para implantar dichas políticas tan pronto como las condiciones técnicas le permitan y necesariamente antes del año 2020. Dependiendo de la metodología que se utilice, este cálculo pudiera estar sujeto a una gran incertidumbre. Tampoco se especifica qué medidas se van a poner en práctica para adaptar el sector AFOLU al cambio climático.
Las proyecciones climáticas del IPCC indican que en la región mediterránea (en la que se encuentra España) experimentará un incremento de sus temperaturas y menores precipitaciones anuales. Los veranos serán más calurosos y secos, y por tanto, se podrán incrementar los períodos de sequía estivales y aparecer con una mayor frecuencia eventos climáticos extremos como inundaciones o granizo. Estos cambios en el clima se prevén que tengan un impacto importante en el sector primario en los sistemas de cultivos, ganadería y sector forestal. El período de crecimiento de las plantas podría también sufrir cambios, la disponibilidad de agua sería menor, afectando negativamente a los rendimientos. Los daños podrían paliarse, si se ponen en marcha medidas de adaptación, en los sistemas mediterráneos más vulnerables (p. e. aquellos más dependientes de la disponibilidad de agua o más sensibles a cambios bruscos ambientales).
La agricultura, sistemas forestales y los usos de la tierra representan sectores no-ETS (no sujetos a comercio de emsiones: Emissions Trading System, ETS en inglés) muy singulares ya que no sólo pueden verse afectados muy dramáticamente por el Cambio Climático, sino que además de ser fuente de emisiones de GEI y la mitigación potencial puede derivarse de la reducción de las emisiones de GEI, a la vez, pueden representar una oportunidad para el secuestro de carbono.
Según el último informe del IPCC (Smith y col., 2014) el sector AFOLU es responsable de aproximadamente las emisiones de 10-12 Gt CO2-eq/año globalmente, lo cual representa entre un 20-24% del total de las emisiones GEI producidas por el hombre. Sólo el sector energético produce globalmente más emisiones GEI. Las principales actividades emisoras son la desforestación y las emisiones agrícolas provenientes de la ganadería, las tierras y el manejo de los nutrientes. Mientras que en los últimos años se ha observado un decrecimiento de las emisiones de CO2 provenientes de los sistemas forestales y usos de la tierra debido principalmente a la disminución de la de la tasa de desforestación, las emisiones provenientes de la agricultura y ganadería han crecido, especialmente en los países en desarrollo. En España, por ejemplo para el año 2014 y según inventarios oficiales, emitió en el sector agrícola 40 Mt CO2-eq, lo cual representa aproximadamente el 14% de las emisiones totales de GEI antropogénicas. La mayor parte de estas emisiones de GEI están vinculadas a las emisiones de metano (CH4) provenientes de la ganadería y el óxido nitroso (N2O) proveniente de la aplicación de fertilizantes en las tierras. El sector FOLU (sistemas forestales principalmente) actuó de sumidero, estimándose aproximadamente una acumulación neta de C de aproximadamente 34 Mt CO2-eq.
El acuerdo de París supone una oportunidad para intentar introducir políticas a nivel europeo o estatal que puedan ayudar a reducir el impacto del sector agrícola en la generación de GEI y que favorezcan prácticas de secuestro de carbono. Hay numerosos estudios (p. e. Vermont y De Cara, 2010) que ya han indicado que hay un potencial considerable de mitigación en la agricultura europea a través de instrumentos políticos de mercado de emisiones. También, a través de políticas de reducciones voluntarias.
Según informes de la Comisión Europea , el sector agrícola necesita reducir sus emisiones cerca del 36% para 2030 y entre 42-49 % para 2050. Desde 1990 hasta 2011 ha habido una reducción ya del 22%. Sin embargo, esta reducción de emisiones de GEI en la agricultura europea ha tenido lugar en gran medida como resultado de una reducción de las cabezas ganaderas y a través de la disminución en uso de fertilizantes nitrogenados siguiendo las medidas de la Directiva de Nitratos en sus planes de acción (Velthof y col., 2014). La última reforma de la Política Agrícola Europea (PAC), aunque representa un esfuerzo importante para la disminución del impacto medioambiental de la agricultura europea, sólo ha introducido pequeños elementos en relación a la protección del clima a través del fomento de los pastos permanentes y por tanto, intentando mejorar el potencial secuestro de carbono en el suelo (Del Prado y col., 2014).
Científico-técnicamente, dentro del contexto de la RED REMEDIA existe ya un conocimiento consolidado sobre las diferentes medidas posibles para poder introducirlos con cierta confianza sobre su eficiencia potencial. También hay conocimiento sobre la rentabilidad de dichas medidas para los agricultores, su efectividad y sobre qué políticas podrían favorecer su aplicación (p.e. Sanchez y col., 2016). Las medidas de mitigación, si se introdujeran en España, han de tener un reflejo en los inventarios nacionales de GEI para que puedan contabilizarse como reducciones de GEI en los informes que cada país ha de desarrollar y enviar a la UNFCCC. Por tanto, sería conveniente que parte de los esfuerzos a este nivel se encaminara en la mejora de dichos inventarios en el sector AFOLU.
Como ejemplo, Aguilera y col. (2013), en un meta-análisis donde sintetizaban los datos experimentales de emisiones de N2O en cultivos en el área mediterránea, indicaron que el factor con el que se está cuantificando las emisiones de N2O en los cultivos en España a través de los inventarios es 12 veces mayor (1% del total N en fertilizante) que el valor medio encontrado en la literatura (0.08%) para cultivos en secano. Como ejemplo ilustrativo, para el año 2009 y asumiendo una fertilización de 40 kg N/ha año media en el cereal español en secano (5 Millones hectáreas), utilizando el factor corregido en los inventarios de España resultaría en una estimación de 0.8 Mt CO2-eq menos que usando el factor por defecto. Lo que ilustra la importancia de los inventarios y sus mejoras.
Respecto al sistema agroalimentario y siguiendo las conclusiones del último informe del IPCC (Smith y col., 2014) habría que intentar explorar no sólo enfocar sobre las medidas de mitigación que afectan directamente a los productores sino también aquellas que tienen que ver con la demanda (consumo, desperdicio). En los últimos tiempos se han venido haciendo diferentes estudios para analizar por ejemplo el efecto de introducir nuevos impuestos en determinados alimentos asociados directamente a la salud (p. e. azúcares, grasas…) y que tienen una repercusión indirecta en la huella de carbono de nuestras dietas (p.e. Garcia-Muros y col., en revision).
BIBLIOGRAFÍA
Aguilera, E., Lassaletta, L., Sanz-Cobena, A., Garnier, J. y Vallejo, A. 2013. The potential of organic fertilizers and water management to reduce N 2 O emissions in Mediterranean climate cropping systems. A review. Agriculture Ecosystems and Environment. 164, 32–52.
Del Prado, A., Mosquera-Losada, R.M., y Bardaji, I. 2014. Oportunidades y retos de los pastos frente a la nueva PAC en un contexto de cambio climático. 53 Reunión científica de la SEEP, 9-12 June 2014, Potes (Cantabria, Spain).
Garcia-Muros, X., Markandya, A., Romero-Jordan, D. and Gonzalez-Eguino, M. en revision. The distributional effects of carbon-based food taxes.
Sánchez, B., Iglesias, A., McVittie, A., Álvaro-Fuentes, J., Ingram, J, Mills, J., Lesschen,, J. P. y Kuikman, P. J. 2016. Management of agricultural soils for greenhouse gas mitigation: Learning from a case study in {NE} Spain. Journal of Environmental Management. 170: 37 – 49.
Smith P., Bustamante M., Ahammad, H. Clark, H. Dong, H. Elsiddig, E., AHaberl, . H., Harper, R., House, J., Jafari, M. Masera, O. Mbow, C., Ravindranath, N.H., Rice, C.W., Robledo- Abad C., Romanovskaya, A. Sperling, F. y Tubiello, F. 2014: Agriculture, Forestry and Other Land Use (AFOLU). In: Climate Change 2014: Mitigation of Climate Change. Contribution of Working Group III to the Fifth Assessment Report of the Intergovernmental Panel on Climate Change [Edenhofer, O., R. Pichs-Madruga, Y. Sokona, E. Farahani, S. Kadner, K. Seyboth, A. Adler, I. Baum, S. Brunner, P. Eickemeier, B. Kriemann, J. Savolainen, S. Schlömer, C. von Stechow, T. Zwickel and J.C. Minx (eds.)]. Cambridge University Press, Cambridge, United Kingdom and New York, NY, USA.
Velthof, G. L. Lesschen, J. P., Webb, J. , Pietrzak, S., Miatkowski, Z., Pinto, M., Kros, J., y Oenema O. 2014. The impact of the Nitrates Directive on nitrogen emissions from agriculture in the EU-27 during 2000–2008. Science of The Total Environment, vol. 468–469, pp. 1225 – 1233.
Vermont B., y De Cara S. 2010. How costly is mitigation of non-CO2 greenhouse gas emissions from agriculture? : A meta-analysis. Ecological Economics, vol. 69, no. 7, pp. 1373–1386.
Autores
Agustin del Prado (coordinador/presidente de la RED REMEDIA) y Maria José Sanz (Basque Centre For Climate Change-BC3)
La entrada es un extracto parte de la publicación en la revista AMBIENTA
Nº 114, 1er trimestre 2016. Temática: Acuerdo de París sobre cambio climático:
Del Prado A y Sanz M.J. 2016. Implicaciones del acuerdo de París en los sectores relacionados con los usos de la tierra, cambios de uso de la tierra y la silvicultura. AMBIENTA. Nº 114, 1er trimestre 2016. Pags 84-95. (link en pdf)