Si predecir los efectos y la magnitud del cambio climático en el futuro es complicado, predecir cómo nos vamos a comportar en el futuro los seres humanos para mitigarlo o adaptarnos es más bien asunto de bola de cristal. Por eso dentro del marco del IPCC (la comisión internacional de científicos que se dedican a evaluar el estado de la cuestión del conocimiento sobre el cambio climático) se han creado escenarios de futuro de referencia para que sirvan como base para estudiar impactos del cambio climático y su magnitud. Son los Representative Concentration Pathways y los Shared Socio-economic Pathways, RCP y SSP por sus siglas en inglés.
RCP- el alcance del cambio climático (más información en van Vuuren et al. 2011)
Los RCP representan diferentes escenarios de intromisión de los gases de efecto invernadero (GEI) en el balance del calor que entra y sale en el sistema troposfera-superficie de la Tierra. Este flujo de calor se llama «radiative forcing» y le afectan factores tanto naturales como antropogénicos. Por ejemplo, aumenta si aumentan las concentraciones de gases de efecto invernadero y también cambia según la incidencia de la luz solar en el planeta o por cambios que afectan la energía absorbida por la superficie de la tierra (por cambio de uso del suelo, por ejemplo). Para los escenarios se utilizan los valores de radiative forcing relativos a las condiciones preindustriales (1750), no incluye albedo o polvo y se expresa en Watts por metro cuadrado (W/m2).
¿Por qué se utiliza este concepto y no otro más conocido como la concentración de CO2 para definir los escenarios?: La verdad es que las trayectorias de los escenarios son muy parecidas a las concentraciones atmosféricas de CO2 (Figura 1), porque de todos los factores que aumentan el radiative forcing son los gases de efecto invernadero los que más peso tienen y dentro de ellos, el CO2. Los científicos del IPCC utilizan el concepto de «radiative forcing» porque al incluir todos los factores es más exacto y más útil para aplicarlo en los modelos de convección atmosférica.
En total hay cuatro escenarios RCP y cada uno corresponde al radiative forcing proyectado para final del siglo XXI: 2.6, 4.5, 6 y 8.5 W/m2. El escenario de 2.6 es en el que menos aumenta la temperatura, el de 8.5 el que más. Para más detalles, la NASA ha elaborado unos espectaculares mapas globales de variación de temperatura en base a estos cuatro RCPs.
La gracia de estos escenarios es que no sólo han estado trabajando en ellos expertos en dinámica atmosférica sino de otras muchas disciplinas y han utilizados modelos que integran otras variables además de la atmosférica para definir sus características. No se trataba de hacer una predicción, sino unos escenarios con una lógica interna compartida para poder trabajar como base para hacer simulaciones de magnitudes de impacto, políticas de mitigación etc. Para hacernos una idea el RCP2.6 lo simularon teniendo en cuenta la implementación activa y global de políticas de mitigación, mientras que en el RCP8.5 no hay ni una. Los otros dos escenarios son situaciones intermedias. Población y consumo de energía fósil son otras de las variables de entrada que se tuvieron en cuenta.
El resultado de todo este trabajo es el que se puede ver en la figura 1. Los modelos dan información de los tres principales factores que influyen en el radiative forcing:
- Emisiones de gases de efecto invernadero, por ejemplo, la concentración atmosférica de CO2, como en la figura 1.
- Contaminación atmosférica (SO2, NOx, etc), que disminuye paralelamente en todos los escenarios, aunque en menor medida en el 8.5.
- Usos del suelo, en 2.6 se intensifica y se aumenta la superficie para producir agrocombustibles, mientras que en el 8.5 el aumento de superficie cultivada es proporcional al aumento poblacional. Rompiendo la dinámica que llevaban hasta ahora, en los escenarios intermedios se consideran reducciones del área agrícola y aumento de la superficie forestal.
Figura 1. Tendencias del radiative forcing (izquierda) según el escenario de RCP. Concentración atmosférica de CO2 (derecha) según el escenario de RCP. Fuente: adaptado de van Vuuren et al. (2011).
Dentro de la lógica interna de los escenarios la variable que principalmente determina la trayectoria del radiative forcing es el consumo de combustibles fósiles. En la figura 1 se observa cómo el radiative forcing disminuye en algunos de ellos, ¿quiere decir esto que en los escenarios de futuro se contempla reducción del consumo de combustibles fósiles? La respuesta es no, sólo un poco en el escenario RCP2.6. La disminución del radiative forcing (y de la concentración de CO2) en los escenarios 2.6, 4.5 y 6 tiene que ver con que en el diseño de los escenarios se han incluido sistemas de captación y almacén de carbono. Hay mucha controversia con el desarrollo de estos sistemas a gran escala porque compiten con recursos (tierra, agua, capacidad de almacenaje, costes), con la seguridad alimentaria, con la biodiversidad e incluso con otras medidas de mitigación. Además, el éxito de estas medidas es incierto y entraña muchos riesgos (Fuss et al. 2014).
Es importante entender que los escenarios no son predicciones, sino el resultado de resumir las miríadas de escenarios de cambio climático que aparecen en la literatura. Esta es precisamente la función del IPCC, revisar la literatura científica sobre cambio climático, resumirla y publicarla en unos informes que representan el estado de la cuestión científico del momento en que se hizo la revisión. Estas revisiones se hacen cada cinco o seis años. Así que puede ser que con el tiempo (no mucho) el RCP2.6 se vea como muy optimista y el 8.5 como el más probable si todo sigue igual.
SSP- futuros socioeconómicos (más información en O’Neill et al. 2017)
Los desafíos para la implementación de medidas de adaptación y mitigación dependen de las características de la sociedad. ¿Cómo saber qué tipo de sociedad tendrá que enfrentarse a al cambio climático? ¿Qué medidas de adaptación considerará aceptables? ¿Cuántos recursos dedicará a frenar las emisiones? Para reflejar la magnitud del desafío de adaptarse y mitigar el cambio climático según el perfil socioeconómico de la sociedad también se han creado escenarios, los Shared Socio-economic Pathways (SSP). Estos escenarios se refieren únicamente a las características socioeconómicas de la sociedad, las relacionadas con el clima están exentas. Por ejemplo, no va a adaptarse y mitigar el cambio climático de la misma manera una sociedad igualitaria, cooperativa y con grandes inversiones en fuentes de energía renovables (SSP1) que una sociedad desigual, cerrada y cuya principal fuente de energía sean los combustibles fósiles (SSP3).
Así como los RCPs son de naturaleza cuantitativa, los SSP son cualitativos. Son narrativas de diferentes alternativas de futuro, es decir, una especie de guiones de película que dan la pauta del comportamiento de los factores que dificultan o facilitan la adaptación y la mitigación. Estos factores tienen que ver con el crecimiento económico, la integración regional, la sostenibilidad social (equidad y governanza) y la sostenibilidad ambiental (conciencia ambiental y estilos de vida). La figura 2 representa de manera esquemática los SSPs respecto a la dificultad de la sociedad para adaptarse o mitigar el cambio climático.
Figura 2. Los cinco SPPs representando las diferentes combinaciones de desafíos para adaptarse o mitigar el cambio climático. Fuente: adaptado y traducido de O’Neill et al. (2017).
El argumento de cada escenario es el siguiente:
SSP1. Tecnologías respetuosas con el medio ambiente, energías renovables, instituciones que facilitan la cooperación internacional, baja demanda energética. Mejora del bienestar humano, flexibilidad institucional a todos los niveles.
SSP2. Desarrollo moderado como tendencia global aunque muy desigual entre e inter países.
SSP3. Desarrollo y conciencia ambiental limitados. El crecimiento de la población se estanca en países desarrollados. Dependencia de combustibles fósiles, lento cambio técnico y dificultad para conseguir cooperación internacional. Desarrollo humano limitado, bajo crecimiento de rentas, falta de instituciones efectivas (sobre todo para actuar entre regiones).
SSP4. Desarrollo de tecnologías low-carbon y una sociedad internacional bien integrada que permite su generalización. Políticas ambientales centradas en problemáticas locales en las áreas de nivel de renta medio-alto y grandes proporciones de población con niveles bajos de desarrollo y con difícil acceso a instituciones que lidien con estrés ambiental o económico.
SSP5. Fuerte dependencia de combustibles fósiles y falta de conciencia ambiental global. Desarrollo humano alto, crecimiento económico e infraestructuras potentes.
El objetivo de estos SSPs no es la comunicación entre científicos y políticos, sino que en combinación con los RCPs, sirvan como una herramienta para la comunidad científica, algo así como un marco común de referencia que puede ser actualizado, para poder llevar a cabo análisis integrados que sean de utilidad para el desarrollo de políticas climáticas. Por ejemplo, si quisiéramos hacer escenarios de medidas de adaptación de subida del nivel del mar, en el SPP1 contemplaríamos la opción de recuperar los ecosistemas de marismas, mientras que en el SPP3 como mucho contemplaríamos un muro en la costa y que las rentas más altas se irían a vivir a las cimas de las montañas y tocarían madera…
Además de los RCPs y los SSPs, se están desarrollando los representative agricultural pathways (RAPs), que están centrados en los impactos del cambio climático en la agricultura. Así que es posible que dentro de poco me vea escribiendo un post parecido a este…
Para acabar, estos escenarios están hechos por y para ser usados por modelizadores. Un modelizador es un investigador que hace experimentos sin un laboratorio. Tiene un mundo artificial (un modelo) lleno de efectos (ecuaciones) que interaccionan entre sí. Para hacer funcionar los modelos y experimentar con ellos hace falta tomar muchas decisiones, así que trabajos como el diseño de estos escenarios, aunque no son perfectos, son un paso para la transparencia del proceso.
Que tantos científicos hayan conseguido ponerse de acuerdo en un marco de análisis no es nada corriente y seguro que el esfuerzo ha sido enorme. Este es el pensamiento esperanzador que contrasta con la inquietud de observar los escenarios de las figuras 1 y 2 porque, aunque no sean para predecir el futuro, no puedo evitar preguntarme ¿cuál será el más probable?
Fuss, Sabine, Josep G. Canadell, Glen P. Peters, Massimo Tavoni, Robbie M. Andrew, Philippe Ciais, Robert B. Jackson, et al. 2014. «Betting on negative emissions». Nature Climate Change 4 (10): 850-53. doi:10.1038/nclimate2392.
O’Neill, Brian C., Elmar Kriegler, Kristie L. Ebi, Eric Kemp-Benedict, Keywan Riahi, Dale S. Rothman, Bas J. van Ruijven, et al. 2017. «The Roads Ahead: Narratives for Shared Socioeconomic Pathways Describing World Futures in the 21st Century». Global Environmental Change 42 (enero): 169-80. doi:10.1016/j.gloenvcha.2015.01.004.
Vuuren, Detlef P. van, Jae Edmonds, Mikiko Kainuma, Keywan Riahi, Allison Thomson, Kathy Hibbard, George C. Hurtt, et al. 2011. «The Representative Concentration Pathways: An Overview». Climatic Change 109 (1-2): 5-31. doi:10.1007/s10584-011-0148-z.
Dónde encontrar la base de datos de RCPs http://www.iiasa.ac.at/web-apps/tnt/RcpDb/
Dónde encontrar la base de datos de SPPs https://tntcat.iiasa.ac.at/SspDb/dsd?Action=htmlpage&page=about
Elena Galán del Castillo (Basque Centre For Climate Change, BC3)